Intervención que consigue recolocar el tejido mamario, dejando una mama más elevada con una forma natural.
Son candidatas aquellas mujeres a las que no le satisface la forma de su pecho: asimetrías, mamas tuberosas (estrechas en la base y con areolas muy dilatadas) o bien que, a lo largo del tiempo, han sufrido una involución secundaria por pérdida de peso, embarazos o lactancia, dando lugar a un pecho caído y vacío.
Se utiliza técnica de mínima cicatriz, evitando la T invertida en el 95 % de los casos.
En muchos casos es necesario asociar la colocación de una prótesis de mama para rellenar la pérdida de volumen.
Anestesia general o sedación profunda, la duración de la intervención depende de las características de la mama, pero suele ser una hora y media.
Tras un día de ingreso y la extracción de drenajes, será supervisado por el Dr. Sanguino y podrá regresar a su domicilio con las recomendaciones postoperatorias por escrito.