La bajada de las temperaturas y la llegada del invierno llegan acompañados de frío, viento y humedad. Todo esto provoca que nuestra piel se reseque y aparezcan rojeces o arrugas. Nuestra piel facial es más sensible a los cambios que la del resto de nuestro cuerpo. Es por ello por lo que debemos cuidarla con mucho mimo y preparar nuestro…